Si bien es cierto se ha avanzado en
materia de tutela a los
derechos de las mujeres, pues con la existencia de nuevas leyes, ya hay como más herramientas que las mujeres tenemos a la hora
de reclamar un derecho. Pero aún
existe una gran desventaja de las
mujeres para reivindicar nuestros derechos
pese a los esfuerzos realizados, la mujer sigue siendo víctima de violencia sexual, psicológica, física y patrimonial, en algunos
casos por sus pareja, su jefe, y
de la sociedad. Re-criminada, re-victimizada por la sociedad,
las instituciones y los aplicadores de justicia.
Cualquiera podría decir hoy ya no
le podes pegar a una mujer porque te llevan preso, pero
aún existe violencia en contra de la mujer y estas
aún siguen en aumento, los feminicidios
no disminuyen según datos de
medicina legal, tampoco los delitos
en contra de la mujer
entonces me pregunto ¿a donde
está el impacto de las leyes
en favor de las mujeres y la
institucionalidad de protección a la
mujer? si los números hablan por sí mismos.
Si ya los números de denuncias en ISDEMU y medicina legal son alarmantes no
debemos de perder de vista que hay muchas mujeres que callan su derecho violentado, por temor a represalias de sus agresores y porque no confían en las instituciones ya
que existe la posibilidad de que la
víctima al acudir a una institución aparentemente con poder para protegerle su derecho,
esta institución le niegue el
derecho a la denuncia y la re-
victimice como sucedió hace dos años
en la Policía Nacional Civil de El Congo. Donde la víctima fue
atendida por dos agentes quienes se negaron a
tomarle la denuncia sólo porque
no portaba Documento Único de Identidad y porque no tenían carro patrulla cuando el hecho había sucedido a dos cuadras
de la PNC de El Congo, entonces
la víctima se ve desamparada y pierde la confianza en las instituciones encargadas de velar
por el respeto a
los derechos de las personas y de perseguir el delito.
Quiere decir que
la violencia ejercida contra las
mujeres es aún más grave porque hay
muchos casos que no se registran ya que no hay denuncia y quedan sólo en
el corazón de quien lo sufre. Es
difícil convencer auna mujer a que rompa su silencio cuando no hay una
verdadera garantía de que su derechos
serán reivindicados y que
habrá forma de generarle a esta
mujer salud mental y
también una forma de vida que le permitirá volverla fuerte empoderarla y salir
adelante después de la violencia sufrida máxime cuando además tiene que cargar con la responsabilidad
de sus hijo/as. Esto la vuelve más
vulnerable y susceptible de seguir
viviendo en esa situación de violencia.
Ciudad Mujer podría ser la oportunidad para muchas mujeres,
porque una mujer que ha sido víctima
necesita recuperar su autoestima y darse
cuenta que puede ser productiva y
salir adelante dignamente e
incorporarse la vida laboral. Lastimosamente solo se cuenta
con una ciudad Mujer por el momento
pero después de conocer un poco este proyecto me doy cuenta que
podría beneficiar en gran
manera a las mujeres sin dejar de lado que
también deben de hacerse campañas agresivas de
sensibilización sobre el tema.
En el Caso de ISDEMU
percibo cierta pasividad y prácticamente se ha
enfocado en monitorear la violencia
y aunque he visto y leído la
estrategia, siento que no ha sido muy exitosa pero creo que tiene que ver, el liderazgo de sus directoras ya
que es importante que quienes
dirijan estas instituciones deben ser mujeres con vocación, con mucho
carácter, deben de ser mujeres fuertes y muy valientes, porque se enfrentan
auna sociedad machista que
siempre ha invicibilizado a la mujer. Lamentablemente sus liderazgos son
poco protagónicos y poco
proactivos.
Respecto a las oficinas
municipales de género, hay
muy pocos concejos
municipales que han tomado como suya
esta bandera de lucha en contra de la violencia contra la mujer en el caso
de El Salvador es la Alcaldía
de Santatecla la que mejor está trabajando respecto a
este tema, pero en el caso del
departamento de Santa Ana, que es más
bien donde estoy más cerca y conozco de
primera mano los esfuerzos locales, he visto
un gran avance en la Alcaldía de El Congo, pese a
no tener muchos recursos para que
funcione ésta oficina,
hay un empoderamiento interesante en la mujer que desarrolla este trabajo y
ya sus frutos se están viendo en las comunidades de El Congo, Sin embargo siento
una gran preocupación en el caso del municipio de Santa Ana ,
donde los organismo sociales de mujeres,
hemos venido generando esa
sensibilización con su concejo municipal
y es hasta esta gestión donde
hasta hace unos meses
se ha instalado una oficina de
género en el Concejo de Prevención de la
Violencia sin embargo la
mujer que está encargada de
esta oficina, no ésta
sensibilizada ni empoderada en el tema y
desconoce realmente el objetivo y la necesidad
de la existencia de oficinas de atención
a la mujer, esto deja entre ver que no existe un verdadero
y sincero interés de parte del concejo
municipal de Santa Ana, con respecto a
este tema me da la impresión que esa oficina ha sido creada sólo por
cubrir una obligación que el Código Municipal, el FODES y el mismo USAID a través de
sus centrosde alcance exige, que
fruto podemos esperar con ese pensamiento, de corazón espero
estar equivocada con la señal que percibo. Si tengo
razón esto lo convierte en una
oficina débil para atender
casos de violencia en contra de la mujer
porque no hay una verdadera conciencia del significado del tema
y la importancia de contrarrestar la violencia. Problema que se puede
palear de varias formas una empoderando
a su personal sobre la temática y sensibilizar para que
realmente haya un impacto
positivo sino de nada servirá que tengan una oficina de género pues no habrá ningún impacto
en las vidas de las mujeres que
solicitan este apoyo a la Alcaldía Municipal de Santa Ana. En
los otros concejos municipales del departamento de Santa Ana, ni siquiera les interesa el tema.
Al final concluyo
en que no basta con tener buenas leyes, estrategias, buenos planes
o buenas políticas de género, o
instituciones que velen por el derecho
de la mujer, también es importante que quienes dirijan y el
personal que trabaje en estas
instituciones u oficinas de género tengan esta vocación, estén realmente sensibilizadas conozcan el tema y estén
dispuestas a generar cambios
que marquen un verdadero impacto en la vida de las mujeres, por eso sus liderezas deben de ser mujeres valientes,
sensibilizadas, empoderadas en el tema,
estratégicas, fuertes y con mucho
carácter porque están luchando con estereotipos marcados desde el inicio de los tiempos. Y con una sociedad machista con aras de seguirse potenciando.
Si nosotras lo permitimos. Por ello
el perfil de quienes dirijan
estas instituciones debe de ser acorde con la
responsabilidad que tienen sino
no se generará un verdadero impacto positivo.
Mujeres luchemos por la reivindicación de nuestro derechos, exijamos espacios de poder y
trabajemos por un liderazgo
enfocado a romper
con las desigualdades entre
mujeres y hombres y digamos No a
la violencia en contra de nosotras.
Por.: Licda. Sonia Elizabeth
Arana Nosiglia c/p Bethy Arana.